viernes, 11 de enero de 2013

“Cantuña era un coyotero”


Soy Lenin y la búsqueda de nuevas oportunidades me llevó a tomar decisiones arriesgadas, en uno de los hechos más trascendentales de mi vida.

Lo había intentado varias veces, pero siempre me negaban la visa. Estaba resuelto a cumplir el sueño americano, por lo que me propuse llegar a toda costa.

Me contacté con una persona que me iba a ayudar a pasar la frontera. Así conocí México. Llegué a un hotel en Tijuana donde me recogió Ángel Cantuña, un ecuatoriano que se lo podría calificar como coyotero. Aunque se llamaba a sí mismo pollero.

Recorrimos varios kilómetros hasta llegar a la frontera, era un desierto. Había mallas a cada costado y en el centro un riachuelo.

En el lado mexicano permanecían muchas personas consumiendo droga. En el americano solo se divisaba San Pedro, un pueblo fantasma. Allí había de todo: edificios, casas, autos, etc. Pero los únicos que merodeaban allí eran policías. Ambos lados se insultaban constantemente.

En un descuido de los oficiales, y con la ayuda de Cantuña, tres personas logramos pasar y escondernos en el pueblo. Debíamos esquivar la vigilancia en todo momento para salir de allí. Nos llevó quince minutos y lo único que hicimos fue correr.

Llegamos a una carretera de dieciséis carriles, las famosas freeways. Pasamos la noche ocultos entre arbustos. En la mañana nos recogió un camión para ir a San Isidro, California.

Allá nos subieron a otro carro que nos llevó al aeropuerto. Ahí nos separamos. Yo tomé un avión a Washington donde me esperaba mi hermana.

Fue difícil acostumbrarme al idioma. El poco inglés que aprendí en Ecuador no me sirvió y tuve que tomar clases mientras trabajaba.

Ilegal es sinónimo de explotación. Al inicio ganaba menos de la mitad de lo que recibe una persona americana.

Poco a poco fui dominando el inglés y mi remuneración aumentaba. Ingresé a Mobil Oil, en donde se reunían las principales empresas petroleras del mundo.

Con la Guerra del Golfo, en 1991, la situación se puso muy difícil. La recesión provocó que muchas empresas recortaran personal y horas de trabajo. Mis ingresos disminuyeron y me fue imposible seguir viviendo allá, por lo que decidí regresar a mi País.

HOJA DE VIDA

Soy Lenin Bermúdez. Nací en Ibarra el 20 de junio de 1960. Mi infancia y mi adolescencia las viví en Quito. Trabajaba siendo bachiller hasta que decidí viajar a Estados Unidos. Allá me casé y tuve un hijo. Hoy vivo en Quito y trabajo como para la Empresa Eléctrica Quito.

Nathalie Bermúdez

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